Los
rayos de Apolo entran en el aula,
deslumbrando
de lleno algún semblante
y
desconcertando a alguna tunante,
probando,
furtivos, robar sus auras.
Nervios
que se traducen en ingenio,
esfuerzo,
simpatía y talento
al
poder ver sintagmas con acierto;
letras
indisciplinadas de un genio.
Cabellos
despuntados y simpáticos,
acentos
fugitivos, desterrrados,
que
escapan de unos lápices anárquicos.
A
una sacerdotisa consagradas,
alegres,
divertidas y simpáticas,
en
espera de ser recompensadas.
27-05-2013